Las malas condiciones de los principales estadios de fútbol en Chile le provocaron dudas a la FIFA sobre la capacidad del país para albergar el mundial juvenil femenino.
Los graves problemas de estructura en los estadios hicieron que las autoridades suspendieran ya cuatro partidos en las primeras cinco fechas del torneo Apertura local, por considerar que las instalaciones no ofrecían suficientes garantías de seguridad.
«Si tuviera que tomar la decisión hoy, el mundial no se hace acá», dijo Iñaki Alvarez, jefe de competiciones juveniles de la FIFA, que junto con otros funcionarios del organismo visitó varios estadios chilenos en los últimos días.
El mundial se realizará el próximo año en una fecha todavía sin anunciar.
«¿Quieren que le sea honesto? Los estadios son un desastre», resumió el filipino Alvarez en una entrevista con el vespertino La Segunda. «Estoy sumamente decepcionado, porque Chile tiene una tradición y pasión futbolísticas».
Agregó que los estadios son un enorme contraste con la excelente calidad de hoteles, carreteras y otras obras de infraestructura que el país ha desarrollado en años recientes.
El gobierno anunció que ha otorgado tres millones de dólares para mejorar los estadios, pero dirigentes y expertos dicen que se necesita una cantidad varias veces mayor, y contrastan con las millonarias sumas entregadas por el gobierno de Venezuela para mejorar los estadios para la próxima Copa América en ese país.
Alvarez dijo que Chile aún tiene tiempo para superar la situación, «pero hay que trabajar mucho. No me interesa que pinten los tablones y nada más. Hay que mejorar los asientos, los baños, camarines, espacios para periodistas».
Alvarez hizo sus comentarios cuando le faltan aún dos estadios por visitar –los de la vecina ciudad de Melipilla y de La Florida en Santiago– ambos también con serias insuficiencias, por lo que parece improbable que tras conocerlos cambie de opinión. Santiago de Chile, AP
Ketiradas 
Estoy muy de acuerdo con el funcionario de la FIFA. Todo esto se debe a la pésima cultura de dirigentes, autoridades y deportistas que se ha mantenido por años. ¿Qué dirán las alemanas o las norteamericanas cuando entren a esos camarines asquerosos? Sin duda que Sepp Blatter debe reconsiderar la condición de país organizador.